JUAN 21
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos Juan 21:15”
Después de la resurrección de Jesús siete de sus discípulos se encontraban pescando en el mar de Tiberias cuando Jesús les hace una visita, donde tiene lugar una pesca milagrosa y un almuerzo preparado por el mismo Jesús.
Después de comer, Jesús enfoca el diálogo a Pedro con una pregunta directa: “Simón hijo de Jonás, ¿me amas mas que estos?”, el verbo usado en esta pregunta es ágape, si parafraseamos este diálogo diríamos ‘¿me amas con amor sublime, divino, limpio, el mas grande que existe, mas que los otros seis discípulos?’ la respuesta de Pedro fue: ‘Si Señor, tú sabes que te estimo’, no contesta usando el mismo verbo ágape que empleó Jesús en la pregunta, sino fileo.
Jesús vuelve a preguntar la segunda vez, esta ocasión ya no pregunta si lo ama mas que los demás pero vuelve a usar el mismo verbo: ‘Simón, hijo de Jonás, ¿me amas con amor ágape?’, el vuelve a contestar igual que la primera vez: ‘Si Señor, tú sabes que te estimo’.
Para la tercera vez Jesús ya no usa el verbo ágape, sino fileo, empleado por Pedro: ‘Simón, hijo de Jonás, me estimas?’ Pedro se entristeció que le preguntara la tercera vez, y contesta ‘Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te estimo?
Para las tres ocasiones que Pedro contesta que ‘tu sabes que te estimo’, Jesús le pide que tenga cuidado de los creyentes a los que llama corderos y ovejas.
Después de estas preguntas que debieron hacer pensar seriamente a Pedro, Jesús le revela este discípulo que tendrá otra oportunidad de demostrar su estima e incluso su amor ágape a Jesús, ya que le da a conocer que moriría por causa de su Maestro. Acto seguido, Pedro y Jesús dan un paseo por la playa, Juan se levanta y comienza a seguirlos, pero “Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú” (V21,22)
Para meditar:
• Jesús sabe que tanto lo amamos, si por lo menos lo estimamos, debemos demostrarlo con el cuidado de nuestros semejantes. El amor verdadero pasa de la palabra a la acción.
• El amor que pide Jesús implica que estemos dispuestos aun a glorificar a Dios padeciendo por su causa hasta el martirio si es necesario, o bien viviendo una larga vida.
• El seguir a Jesús no debe depender de lo que hacen o dejan de hacer otras personas, ser o no seguidor de Jesús es tu elección.
ATENTAMENTE
"TRANSFORMADOS PARA SERVIR"
JOSÍAS I. GONZALEZ.
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